Alles nicht Kaputt o todo lo que no se rompe
Entre 1941 y 1991 la palabra nuclear fue tan poderosa como en el medioevo europeo lo fue la palabra plaga. Hoy en día, los desarmamientos en Medio Oriente y la temeridad de Kim Jong-un de Corea del Norte aún demuestran el peligro en torno a este tema. Sin embargo el miedo generalizado se ha desplazado hacia una amenaza que se visibilizó conceptualmente desde el S-11: el terrorismo. Y el terrorismo está vinculado a un segundo mal, tan antiguo y tan vigente como la humanidad misma: el racismo.
Este manifiesto lanza una afirmación que se torna en pregunta y, al menos la segunda será atemporal y universal mientras aún existan trifulcas, confrontaciones y guerras: <<Tenemos ante nosotros, si queremos, progreso continuo en felicidad, conocimiento y sabiduría. ¿Elegiremos en cambio la muerte, porque no podemos olvidar nuestras disputas?>>. Homus lupus hominis est.
Explosiones de bombas nucleares
Bertrand Russell: Einstein-Russell Manifesto
Press Conference
(Sólo en inglés)